sábado, 28 de noviembre de 2009

"¿Ale?"

yo: "¿Sí?"
ella: "¿Ale?"
yo: "Sí, dígame."
ella: "¡Qué no puedo ir! Que mi abuela se ha comido algo que le ha sentado mal y está vomitando."
yo: "¡Ah! ¿Pero quién eres?"
ella: "Soy 'La Nadia'"
yo: "Lo siento pero creo que te has equivocado"
ella: "Pero si te he dicho 'Ale' y me has contestado..."
yo: "Ya, es que yo también me llamo Alejandro"
ella: "¡Ah! Pues bueno... ¡Adiós!"

Esta es una conversación por teléfono que he tenido hace unos minutos con una muchacha que, como podéis comprobar, se había equivocado.

Yo, al colgar y tras salir de mi asombro por la casualidad de que la equivocación diese con un teléfono en el que contestase otro 'Ale', he pensado en el pobre destinatario final de la llamada. Digo "pobre" porque me ha sonado a la típica excusa barata que se pone cuando quieres darle plantón a otra persona pero sin matar a tu abuela...

Llevaba tiempo buscando algún tema para mantener algo vivo este blog pero no encontraba nada y, cuando me ha pasado esto, he pensado que era una conversación digna de aparecer por aquí, a la vez que me recordaba a aquél atropello que sufrí por parte de un monociclo...

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